26 septiembre, 2013

Nuestra primera receta original: "Ni lo sé, ni me importa"

Ya era hora de lanzarse y ponernos manos a la obra con nuestra primera receta 100% original.

La la fabricamos a finales de mayo, y nuestra intención era hacer una cerveza refrescante para el calor. A Mel le gustan mucho las cervezas de trigo, así que pensamos hacer una witbier, cítrica y especiada, pero añadiéndole un marcado carácter lupulado que se tradujera en un alto amargor.

Nos pusimos manos a la obra. Primero con la elección de los ingredientes. Para ello va genial el programa de Brewmate, que nos permite hacer y deshacer a nuestro antojo mientras nos va modificando todos los resultados.



¿Por qué escogí estos ingredientes?

Maltas y adjuntos:

  • Malta Pilsner (58.33%): es una malta base que casa con todo, secada a baja temperatura y sin sabor tostado.
  • Trigo crudo (33.33%): a diferencia de las cervezas de trigo alemanas que suelen llevar malta de trigo, las witbier belgas llevan el trigo crudo. Da una mayor turbidez a la cerveza y más sabor a grano que el trigo malteado.
  • Copos de trigo (8.33%): ayuda a la formación y retención de espuma.
Lúpulo:
  •  Centennial:  tiene doble función, da amargor y aroma. Balanceado, de mediana intensidad y con tonos florales y cítricos. A priori casaba muy bien con el estilo.
Otros:

Para darle los matices que buscábamos, utilizamos los clásicos cilantro y cáscara de naranja amarga, y como nota propia una especie que nos gusta mucho, el cardamomo. Como éste último es muy fuerte, echamos la mitad que de los otros dos.

Levadura:

Brewferm Ale Blanche: con ese nombre tenía que ir canela para lo que buscábamos.

Bueno. Ya tenemos el mejunje preparado. Ahora solo nos queda darle vueltas al perolo, cual bruja avería en orgía eléctrica. Un mes después veremos el resultado.

Hemos procesado medio batch, 9 litros aprox., para el caso que hubiéramos metido la pata hasta el mocho. Embotellamos la mitad y dejamos 5 L en fermentación secundaria.

Ha llegado la hora y lo que tenemos delante nos deja un poco a medias. Si bien hemos conseguido una apariencia similar a una witbier y una textura lupulada aceptable, no hemos obtenido del todo los matices que buscábamos.

Pasado un mes más, embotellamos el resto de la cerveza, mientras vamos descubriendo que la evolución en botella de la primera mitad del lote cada vez queda más balanceada y rica en matices. El problema no ha es la birra sino, como en otros casos, la impaciencia.

Una vez reposada hay que reconocer que el resultado final ha sido muy satisfactorio. Como pega, diría que le falta un toque cítrico, así que la próxima vez añadiremos un poco más de cáscara de naranja.

En resumen: prueba superada! Queda adjudicada como nuestra wit con alto amargor.


La próxima: una reedición 100% made by rulymel y receta original de la R.I.P.A "No me cuentes tu vida"

No hay comentarios:

Publicar un comentario