BBF 2015

El sábado se levanta gris y amenazador. El cielo promete lluvia, pero eso no es algo que amedrente a los osados birreros que, eso sí, parecen llevar consigo un campamento gitano entre el carrito, las bolsas, los plásticos, juguetes..., y demás parafernalia que rodea a la asistencia de varias horas a un evento con un niño de 2 años.

Llegamos sobre las 12 h y ya hay bastante gente por allí. Ha llovido antes y el amplio espacio exterior, con sus mesas y bancos está aún mojado; en el interior ya no queda una sola mesa libre, por lo que vamos buscando hasta que encontramos un rincón donde instalarnos.

A esas horas tempranas hay bastantes familias por allí, carritos, niños muy pequeños y grupos que se acercan a los grifos. Aún así, la amplitud del recinto hace que se esté muy cómodo. Me había preparado una lista con lo que quería probar, pero como no podía ser de otra manera, me la dejé en casa, así que a vueltas con las hojas de la guía para al final hacer lo de siempre: pegarte un paseo para ver que hay en los tiradores.

Tiradores que estaban muy bien dispuestos: el nº 0 pinchaba cerveza sin alcohol (no sé qué aceptación pudo tener), el nº 1 cerveza apta para celíacos (un detalle de calidad de la organización, sin duda), a los que seguían los cask, con su cuidado diseño y luego el resto.

Muy buen ambiente desde primera hora

Tras el paseo inicial, y mientras instalábamos nuestro campamento en un rincón, pedimos la IPA Atlantis de Kaltenecker, la cervecera eslovaca. Un producto más intenso que su lager o su weizen, y que denota una evolución positiva del productor hacia sabores más arriesgados.

Hubiese estado muy bien que en el perímetro interior se hubiesen colocado bancos alrededor de la pared, pues mucha gente que no tenía mesa acababa sentada en el suelo, buscando la comodidad de apoyar la espalda en el muro de piedra. Quizás para otra edición pudiera ser una opción para aumentar los asientos sin necesidad de comerse el espacio central de la sala.

Allí en el suelo desparramamos nuestro pica pica; porque como ya somos veteranos, si hay algo que no acaba de convencer en el BBF es la oferta gastronómica: cinco puestos con unos precios que si no caros, tampoco baratos. Nosotros vinimos preparados de casa, y en pocos minutos ya teníamos los frutos secos, quesos, fuet, y hasta guacamole con nachos para ir pasando los tragos.

Cask Corner

Así probamos la Prospect de BEXAR COUNTY BREWERY una APA lupulada y un poco aguada, y La verte du mont blanc, de, fabricada con flores alpinas de Genepi, una cerveza de color verdoso poco atractivo y, la verdad, poco convincente.

Luego tuvimos la suerte de pillar una mesa, donde nos explayamos ya con total deleite. Para esa hora ya había un claro vencedor en la mañana, la colaboración entre NAPARBIER / EVILTWIN BREWING; eran los únicos que tenían colas para probar sus productos en todo momento. Nosotros probamos su Black Raven, una suave ssession stout sabrosa y con predominio de sabores cafetosos, verdaderamente muy rica.

En la mesa nuestro hijo encontró una especie de sucedáneo de atracción  de parque, con lo que se puso a trepar y destrepar mientras nos ventilábamos una Passarola IPA, de los portugueses PASSAROLA BREWING, para los amantes de los lúpulos con fuerte sabor resinoso.

Otra cerveza curiosa fue la Sense Títol Zero, de CERVESES LA PIRATA, envejecida en barriles de brandy, y que bien merece una cata más tranquila y exclusiva por su peculiar sabor a madera y licor, aunque a priori la encontré algo dulzona.

Llegó la hora de acercarse al Meet the Brewer, donde se pinchaban las creaciones de los holandeses VANDESTREEK, donde probamos su GlobAle, de la que uno de sus creadores, Sander, nos explicó que es una cerveza fermentada con leva lager, la Californian Lager, a temperaturas Ale. La verdad es que estaba muy rica, maltosa y lupulada, con un toque especial.

Sander me contó que en Holanda vam como a unas diez ferias, y que fuera de allí van a Berlín y, por primera vez, al BBF. Le pregunté qué le parecía el festival y la ciudad y me contesto que ya había visitado Barcelona antes y le encantaba la ciudad. En cuanto al festival me dijo que aunque era un poco confuso el tema de la pizarra y la cantidad de cervezas, que había un gran ambiente y lo estaban pasando muy bien. Se le veía contento (aunque quien no puede estar contento en un festival de cerveza).

Aunque la mañana estaba fea, el sol se dejó ver al mediodía. Nuestro peque ya estaba un poco harto de intentar romper la mesa sin éxito, por lo que pataleó hasta que logró que lo sacáramos fuera, donde pudimos aprovechar el espacio, con sus mesas y bancos, para poder degustar algún trago más mientras el niño bailaba al compás de la música. Mucho mejor el espacio de fuera que en la pasada edición.

Logrado espacio exterior, aunque un pequeñín reivindicaba un tobogán

Probamos la Mosaic Doble IPA de los ingleses , RED CHURCH una IPA contundente que no estaba nada mal, y volvimos al Cask Corner con Odds and Sods, una IPA de THREE BLIND MICE, mucho mejor que la anterior cask que habíamos probado.

Para entonces ya sólo nos quedaban dos coins, que gastamos en la American IPA India, de los checos LUCKY BASTARD, que puso punto y final a nuestra visita al festival.

Salimos como a las 17 h y ya empezaba a formarse una cola importante en la entrada; de camino al tren empezó a diluviar, lo que quizás afectara a la afluencia del sábado noche (no lo sé), pero por suerte a nosotros ya nos pillaba lejos, cargaditos de lúpulo y felicidad.

Por último, quiero felicitar a los organizadores. Todo es mejorable, pero está claro que el festival goza de una gran aceptación y está muy bien organizado, pese a su juventud.