31 mayo, 2013

Perlenbacher Premium Pils

Cerveza: Perlenbacher Premium Pils
País: Alemania
Productor: Mauritius Brauerei (Dinkelacker Schwaben Bräu - InBev)
Estilo: Pale lager
Servir en: Jarra, vaso lager, shaker







Puntuación (Mayo -2013)
Ratio ratebeer: 11/79 %
Puntuación ratebeer: 2.32

Mi puntuación: 2.5/10

Cerveza fabricada en exclusiva para los supermercados Lidl. De apariencia algo más tostada que sus hermanas lagers, tiene un pobre aspecto, sin espuma alguna.

No tiene prácticamente aroma, quizás algo de malta caramelo, allí, en el fondo de la botella. Si es pobre en aroma, mucho peor es en sabor. Predomina un dulzor artificial nada bien integrado, sobre un cuerpo aguado sin matiz alguno.

Una cerveza que tiene su único punto a favor en el asequible precio, pero en mi opinión, hay marcas blancas de coste muy similar que la superan con creces.

Para beber esto, casi mejor agua.

30 mayo, 2013

Rosita d'Ivori

Cerveza: Rosita d'Ivori
País: España (Catalunya)
Productor: Cerveses la Gardènia
Estilo: Witbier
Servir en: Vaso ancho, Vaso Weizen

Puntuación (Mayo -2013)
Ratio ratebeer: 21/13 %
Puntuación ratebeer: 2.65

Mi puntuación: 6/10


En esta tercera incursión en las cervezas Rosita, nos encontamos con su Wit estilo belga. De color miel palido típico de las cervezas de trigo, tiene una fina capa de espuma que desaparece a la velocidad de la luz, y que le resta mucha presencia al presentarla en el vaso.

De aroma afrutado y especiado, bastante intenso al inicio, pero que se evapora demasiado rapidamente para disfrutarlo. En paladar destaca una excesiva carbonatación, no balanceada con un cuerpo ligero e insulso, demasiado aguado.

El trago es suave, con sabor a trigo y algo afrutada, aunque el final es demasiado corto y falto de matices. Comparada con el resto de cervezas de la Gardènia que he probado, ésta me ha parecido un poco pobre, demasiado lejos de las refrescantes y sabrosas wits belgas.

22 mayo, 2013

Nuestra primera todo grano

Bueno, tras preparar dos kits de cerveza, en la que nos empapamos bien del proceso final de la elaboración de cerveza en casa: el fermentado y el embotellado, decidimos que era el momento de dar el salto y hacer cerveza de verdad.
Aprovechando las pasadas navidades, Melania me regaló un curso en 2D2DSPUMA, a cargo de la gente de Arts Cervesers. La verdad es que, aunque leas y releas, hacer un cursillo aclara muchas dudas y hace que le pierdas el miedo; por lo que yo creo que es una gran idea.

Tras un lluvioso y divertido día de cursillo, compramos el resto del equipo que necesitábamos para empezar y nos tiramos al ruedo como los cobardes: con una pale ale clásica que no diera muchos problemillas.

Para gestionar el tema de las recetas, encontré en internet Brewmate, un programa gratuito de creación y gestión de recetas cerveceras. La verdad es que es muy sencillo de manejar y ayuda bastante a simplificar el proceso, ya que te calcula varios parámetros y permite anotar todo lo que quieras de tu receta.

El kit ya contenía todo el material necesario, la malta molida, el lúpulo y la levadura, así como unas instrucciones donde puedes consultar los tiempos de cocción y los tiempo en los que tienes que echar el lúpulo.

Así que nos pusimos manos a la obra con el macerado (el grano estaba ya previamente molido), utilizando para ello una fantástica neverica playera de las azules de toda la vida, a la que le han adosado un grifito y un par de filtros.



Para ello hay que calentar agua a unos 75º en una olla. Es básico disponer de dos ollas grandes, ya que en una iremos calentando agua mientras que en la otra sacaremos el mosto y lo coceremos.

Llenamos la neverita hasta la mitad más o menos y vamos echando el grano, poquito a poquito y removiendo para que no se hagan grumos. No es imprescindible, pero ayuda mucho ser dos en el proceso.  Para nuestra cerveza utilizamos:

5 kg de Malta Pale, que es la malta base de muchas cervezas
0.5 kg de Malta Crystal
0.5 kg de copos de avena

Una vez la nevera está con todo ese mejunge, tiene que quedar todo el grano cubierto de agua. Ahora toca cerrar el chisme y dejarlo macerar durante 90 minutos, mientras tú sigues calentando agua y aprovechas para beberte la primera cerveza de la mañana.



Es el momento de ver si el proceso químico que se tenía que haber realizado se ha completado. Para ello hay que hacer la prueba del yodo, que consiste en sacar un poquito de mosto y echarle unas gotitas de yodo. 

- Si se queda negro con grumitos es que aún falta maceración (queda almidón)
- Si no pasa nada de nada, es que todo está correcto.

Echamos el yodo, que llevaba como tres años caducado, y no pasa nada de nada. Claro que no tenemos la certeza de que sea por el tiempo que lleva criando moho, o porque verdaderamente el proceso está listo.

Así que nada, pasamos al siguiente paso que es el recirculado del mosto, que consiste en recoger el primer mosto que sale del grifo y echarlo por arriba, para que pase por todo el grano molido que tenemos y así haga de filtro natural para clarificarlo.



El punto y final es el lavado, que consiste en echar agua de la que teníamos caliente hasta conseguir o bien el volumen deseado de cerveza, o bien la densidad -10 puntos a la que queremos iniciar el proceso de fermentación. Nosotros lo hacemos por volumen, para llegar a la cantidad de cerveza que queríamos hacer.



Ahora pasamos al hervido, que dura entre 60 y 90 minutos, dependiendo de la receta. En nuestro caso serán 90 y aprovecharemos, a intervalos, para añadir el lúpulo en varias partes, para obtener diversos matices:



Primera toma, al inicio, de 40 gr. de Fuggles que nos aportará el amargor de la cerveza.
Seguna toma, de 25 gr del mismo lúpulo, a los 60 min de cocción. Ésta es para el sabor.
Diez minutos antes de acabar, metemos el serpentín de enfriamiento dentro de la olla, para que se desinfecte.
Y finalmente, tras acabar la cocción, echamos 35 gr más para el aroma, mientras dejamos reposar 10 minutos la olla.



Si queremos, podemos echar en el min. 75 Irish Moss, que tiene la virtud de clarificar la cerveza.

Tras conectar el serpentín a la ducha (o donde puedas), enfriamos el mosto lo más rápidamente posible, para evitar problemas de contaminación.

A partir de aquí, y para no hacer tan largo el post, se procede como ya explicamos en nuestra primera cerveza en kit, con las fases de fermentación (atentos a la desinfección de todo lo que vamos a necesitar), el embotellamiento, y el acondicionado.


Y esto es todo amigos! La verdad que el proceso es ameno (si lo haces con colegas, mejor que mejor) y permite ir compaginando cervecita con darle al manubrio de la olla, con lo que el buen rato está más que asegurado.

Y, para colofón, el resultado final es bueno, lo que nos hace llorar de júbilo mientras nos bebemos nuestro querido bálsamo de Fierabrás! 

“No tengas pena amigo, que yo haré agora el bálsamo precioso con que sanaremos en un abrir y cerrar de ojos”.

“Es un bálsamo - respondió don Quijote- de quien tengo la receta en la memoria, con el cual no hay que tener temor a la muerte, ni hay pensar morir de ferida alguna. Y ansí, cuando yo le haga y te le dé, no tienes más que hacer sino que, cuando vieres que en alguna batalla me han partido por medio del cuerpo (como muchas veces suele acontecer), bonitamente la parte del cuerpo que hubiere caído en el suelo, y con mucha sotileza, antes que la sangre se yele, la pondrás sobre la otra mitad que quedare en la silla, advirtiendo de encajallo igualmente y al justo. Luego me darás a beber solos dos tragos del bálsamo que he dicho, y verásme quedar más sano que una manzana”.
El Ingenioso hidalgo Don Quixote - Miguel de Cervantes

21 mayo, 2013

Damm Inedit

Cerveza: Damm Inedit
País: España (Catalunya)
Productor: Damm
Estilo: Witbier
Servir en: Vaso ancho, Vaso Weizen

Puntuación (Mayo -2013)

Ratio ratebeer: 50/69 %
Puntuación ratebeer: 3.09

Mi puntuación: 7/10


Una de las pocas apuestas serias de marcas comerciales de gran tirada españolas por hacer algo realmente diferente a una pobre lager convencional.

Con una presentación muy cuidada, con una botella muy bonita y un etiquetado elegante, lleva consigo un librillo explicativo comandado por Ferran Adrià y el resto de sus productores, en el que explican la historia, composición y virtudes de la cerveza. Aunque es verdad que es una buena cerveza, parece excesiva tanta pompa; pues es simplemente una witbier como otras muchas.

En copa presenta un color dorado pálido y turbio, con una media capa de espuma que aguanta medianamente bien, dándole un buen aspecto inicial.

En el aroma predomina el especiado del cilantro, con un toque florar y claros matices cítricos, que la hacen muy agradable a la nariz.

De trago bien balanceado, con una buena carbonación y un cuerpo ligero pero sabroso, encontramos una bebida muy refrescante, ideal para un día de calor, con un sabor donde destaca el cilantro y la naranja, en un final largo al que le vendría muy bien un poquito más de amargor.

Una cerveza que si bien no es nada original, pues hay montones de cualidades muy similares, sí que lo es el hecho que una marca como Dam se decida a hacer algo realmente diferente, y no las bobadas a las que nos tienen acostumbrados como cervezas premium.

07 mayo, 2013

Fosca Art

Cerveza: Fosca Art
País: España
Productor: Art Cervesers
Estilo: Stout
Servir en: Pinta, Vaso ancho, Copa Snifter

Puntuación (Abr-2013)

Ratio ratebeer: 47/25 %
Puntuación ratebeer: 3.04

Mi puntuación: 7/10


Otra de las pequeñas compañías que empezaron antes del superboom de la cerveza artesanal en Catalunya. Desde el 2006, fabrican cerveza en una bonita masía del Vallès Oriental; muy cerquita de casa. Al ser de los más "antiguos" en esto, sus cervezas siempre han sido fáciles de encontrar en las tiendas especializadas.

Fosca Art es una stout de color negro intenso, con una capa de espuma beige que dependerá totalmente de tu maestría en el momento de servirla. Yo la he probado dos veces, en una, la rompí demasiado poco y apenas sacó espuma. La segunda, mucho más decente, sacó una capa no muy gruesa ni persistente, pero sí cremosa al inicio.

Con un buen cuerpo, una carbonación muy correcta y una fina burbuja, su presencia en el vaso es bastante elocuente.

Tiene un intenso aroma a cereal torrefacto y café, que salta al instante a la nariz. El trago es un buen reflejo de su aroma: al inicio, el torrefacto se come con total naturalidad al duzor de la malta tostada, pero en seguida nos invade un gusto a café bastante fuerte, que tiene un final largo y amargo.

Una buena cerveza para disfrutar tranquilamente, al caer la noche, y a la que acompaña muy bien un postre de chocolate negro.